EN ESTA CRISIS POR LAS LLUVIAS quienes le han quedado a deber a sus representados, sin duda, son los diputados locales y federales, como Hilda Miranda, pues le han dejado todo el paquete a las autoridades municipales y estatales. Ni de fingido han aparecido por los sitios en problemas con vocación de sumar esfuerzos, no físicos, pues hay quien solo acudió con escoba nueva para barrer lodo solo para la fotografía. Una sola gestión ante el Gobierno federal o la iniciativa privada, de la boca de los representantes del pueblo no ha salido.
Dejan solo al mandatario estatal, quien apenas hace 8 días, dijo tener confianza en la presidenta Claudia Sheinbaum, a la cual, en su visita a Tulancingo y Tepeapulco el viernes 13 de los corrientes, le platicó los desastres de los aguaceros de días anteriores, a los que debemos sumar los del fin de semana reciente por el huracán Erick. No perdamos de vista que ya no existe el Fonden, instrumento que, si bien sí atendía consecuencias de desastres, también es cierto que su burocracia obligaba a las entidades federativas a “aguantar” meses en espera de esos recursos, hoy tan necesarios a la brevedad posible…
A FALTA DE CLARIDAD INFORMATIVA en Apan, el pueblo le devuelve a su alcaldesa, Zorayda Robles, coloquialmente hablando, pedradas, cubetadas de agua.
Todo por el intento de instalar medidores de agua en las tomas domiciliarias y comerciales del municipio, una medida buena de recaudación y de eliminar paternalismos, lo que cayó como balde de agua helada entre los usuarios, que no reconocen adeudos y hacen su “santa voluntad”, pero eso sí, reclaman eficiencia en el servicio y abasto permanente, cuando que el sistema que opera los pozos está cayéndose a pedazos en números rojos.
Falta de tacto político, falta de un eficiente operador o una eficiente operadora en la Secretaría General del municipio, y no solo la política del “yo-yo”.
